Una Secretaria Polifacética y Polivalente

Una Secretaria Polifacética y Polivalente. Soy de profesión "aquélla que guarda los secretos" pero a lo largo de mi vida no he sido siempre aquello que quería ser.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Alguien ha borrado el camino...




Alguien ha borrado el camino por el que venía deslizándome hasta hoy...

Y nuevamente, me encuentro en un lugar indefinido de la vida sin saber muy bien hacia donde debo ir. Yo no se si os pasa, mis queridos delfines, como a mí, pero he llegado a un punto que la seguridad que tenía en mí, comienza a desaparecer, empiezo a dudar si tanta exigencia conmigo misma, ha merecido la pena.

A estas alturas del año, acostumbro a reflexionar sobre las experiencias vividas a lo largo del año, lo hago paralelamente a la vida que tenía cuando trabajaba en el despacho jurídico. Mi cabeza todavía no se ha ido de aquel despacho en el que yo me sentía tan valorada y apreciada. Creo que si existiese la posibilidad yo sería como una especie de fantasma viviente que ronda todavía por allí controlando que todo estuviese en perfecto orden.

Me doy cuenta que hasta hoy, este día en que alguien ha tenido la brillante idea de borrarme el camino, sabía en que cosas era buena, sabía hasta dónde podía llegar y hoy, ya no se para que sirvo ya no se que camino tomar: dependienta, secretaria, vendedora, luchadora....¿Y ahora qué? ¿Hacia dónde voy?

La experiencia me demuestra que no se valora ya nada. Si yo vendo 300 cuando una empresa me pide 100 me equipara a otra persona que vende 10. A mí se me exigirá más, por que puedo dar más y a la otra persona no se le exigirá nada por que no puede o no quiere, y todo es "permitible" y equiparable. Todos somos iguales, salvo aquellas veces que te exigen más a tí, por eso de que tienes capacidad... y a los demás como no la tienen...pues no pasa nada...¿Por qué se han vuelto las empresas así? ¿Este mundo está loco o he sido yo la que me he equivocado de planeta?.

Lo gracioso es que los compañeros te exigen que te "auto-autopsies" para que vean ellos, sin mancharse las manos, de que material estás hecha por dentro, conocer los mecanismos mentales que te hacen conseguir objetivos sin esfuerzo aparentemente (me echo las manos a la cabeza)

No consigo hacer que mi curriculum sea un fiel reflejo de mi valía y es aquí con esta maravillosa palabra: ¡VALÍA!, cuando recuerdo que todavía tengo algo de autoestima.

 ¡Menos mal, no lo he perdido todo!...todavía.... (risas)


4 comentarios:

  1. Hola Alicia. Se muy bien como te sientes. Hace unos años me pasó a mi algo parecido. De ser super valorada e importante pasas a ser totalmente prescindible. Pero después de pasar el mal trago, perder autoestima y sentirte decepcionada viene el momento en el que te das cuenta que no es tu culpa, es culpa de ellos.
    A partir de ahí aprendí que no merece la pena dar la vida por una empresa porque, queramos o no, para ellos solo somos números, por muy majos que parezcan. Desde entonces he hecho un buen trabajo, siempre correcto pero sin pasarme y sin sufrir por ello. Cuando, hace unos 3 años me despidieron en esta otra empresa después de 10 años trabajados, te pedo asegrar que no me dolió porque no esperaba otra cosa de ellos. Ahora he vuelto a encontrar un sitio en el que estoy agusto pero siempre sabiendo que mi valor real lo tengo que enseñar en mi vida privada, con los que me quieren y en los que sí puedo confira. Así que no les des demasiada importancia porque no se la merecen.
    Un abrazo y mucha suerte en la busqueda de tu nuevo camino que si uno mira bien puede ser una nueva oportunidad estupenda.

    ResponderEliminar
  2. Simplemente ¡guau! es genial que te hayas tomado la molestia de haber realizado el comentario, el cual me llena de optimismo todavía más.

    En contra de lo que pudiese parecer soy una persona muy luchadora, pero también he aprendido a permitirme estar mal en determinados momentos. Soy una humana imperfecta...

    Gracias por pasarte por mi pescadería, espero poder seguir contando con tu voz.

    ResponderEliminar
  3. Hola Alicia

    Al parecer, somos unos cuantos los que nos sentimos igual que tu. No sé qué decirte, sólo puedo ofrecerte mi solidaridad, mi comprensión y mi apoyo,que no es poco, ya que yo, a veces, ni siquiera he tenido eso y sí la indiferencia de la gente.
    Me guardo tu blog y te seguiré de cerca, me he sentido muy identificada contigo.
    Un beso
    Yolanda

    ResponderEliminar
  4. hola Alicia, el problema de toda esta falta de autoestima y de los cacaos mentales que nos forjamos es que nos hemos convertido en exigentes natos, lo somos con nuestros compañeros, familia, amigos... y sobretodo con nosotros mismos, hemos dejado abandonadas la emociones para convertirnos en funcionales amargados y siempre frustrados por las expectativas y los objetivos. es cierto que en las empresas cada uno de sus componentes son meros números que rinden o no, que se quedan o que se van... pero dentro de cada uno existe algo que se llama SER y esto es algo que jamás nos abandona. tranquila... nada pasa porque sí y aunque la desesperación a veces nos mata el brillo de los ojos siempre hay un nuevo día. analiza, insisto... nada pasa porque sí. besos.

    ResponderEliminar